Me permito colgar de nuevo el mapa a fin de enseñar donde está el Reino de Guge, punto final de nuestro viaje hacia el oeste de Tíbet, llamado también Ngari, cerca de la frontera con la India.
De Darchen a Moincer
El tercer y último día de la vuelta del Kailash, salimos directamente desde Darchen hacia el pueblo de Moincer, pasando por el Monasterio Guru Rinpoche y los manantiales calientes de Tirthapuri, donde los peregrinos suelen venir a bañarse después de la vuelta al Kailash.
De Moincer a Zanda y Tsaparang
El día siguiente, nos vamos acercando al famoso Reinado de Guge, bajando y subiendo collados por unas carreteras de vértigo, pasando check-points de los más sofisticados, atravesando un paisaje de una belleza natural excepcional que corta el aliento...
Estas montañas alrededor del río Sutlej están formadas por una arcilla fluvial semi-consolidada, por arena y grava, elementos afectados por la erosión, la lluvia y el hielo.
Paramos al mediodía en Zanda donde encontramos un montón de controles de policía, para una comida deliciosa a base de una sopa de pescado acompañada de otros cinco platos, y para visitar el Monasterio Thöling. Fue el más importante monasterio del budismo al oeste, comparable al Vaticano, casi totalmente destruido durante la Revolución Cultural... emana una sensación de gran tristeza y desolación andar entre sus ruinas...
Dejamos Zanda para pasar la noche a diecisiete kilómetros, en Tsaparang muy cerca de Guge. Esta noche, dormimos en un guest-house muy agradable con agua y ducha caliente... un lujo y un gran placer después de días con toallitas. Estamos a 3750 m de altitud y no hace nada de frío. Con la meteo, tuvimos también mucha suerte, sabiendo que de regreso hacia Lhasa, tres días más tarde, nevaría.
De Tsaparang a Guge y vuelta a Moincer
El anciano reino Guge de Ngari fue una provincia que conoció independencia política, prosperidad económica y fervor religioso. Las ruinas datan del siglo IX. El reino desapareció justo cincuenta años después de la llegada de los primeros occidentales, unos misioneros portugueses, en 1624, primeros en cruzar el Himalaya desde la India. El emplazamiento de estas ruinas y la belleza del entorno son absolutamente alucinantes, y el sitio es tan poco concurrido que nos sentimos en lo más recóndito del mundo.
Nos queda ahora el viaje de vuelta hasta Lhasa, casi dos mil kilómetros, con otra parada maravillosa, al borde del lago Manasarovar al sur del Kailash.
Mi viaje sigue en la quinta y última parte....
El enlace para la entrada de la primera parte es:
El enlace para la entrada de la segunda parte es:
El enlace para la entrada de la tercera parte es:
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