El domingo pasado, 22 de marzo, teníamos una preciosa salida como cada mes, con el Kresala de Donostia. Nos apuntamos siempre una semana antes, más o menos. Y desde ese día, miramos, analizamos, estudiamos la previsión y evolución meteológicas.
Al apuntarnos para esta excursión, la previsión era muy buena pero a medida que iba pasando la semana, el cielo se volvió más y más negro... 30% de riesgo de lluvias... 60%... para llegar al 90% el domingo por la mañana.
¿Vamos? ¿No vamos? Es siempre una difícil decisión por varias razones.
Sentimos como un compromiso con el club, con el grupo, con los amigos.
La ruta nos gusta mucho: conocemos el Mendaur y sus entornos pero nunca hemos hecho esta travesía desde el pueblo de Arantza a Zubieta pasando por el collado de Buztitzlepoa.
Y en el monte, nunca se sabe... tantas veces, hemos tenido un bonito día a pesar de una pésima previsión. Mi compañero Larry es optimista... saldrá el sol!
Por si acaso, cargamos con todo: goretex, capas, polainas, sombreros, botas gordas, bastones, paraguas...
Al salir de casa a las siete de la mañana, llueve.
Llueve durante toda la carretera desde Donostia a Arantza pasando por Irún.
Llueve al bajar del autobus a las ocho y media.
Cada uno se prepara con todo su equipaje para intentar protejerse al máximo de las inclemencias climáticas.
Como siempre, nadie se queja, sabemos a qué hemos venido.
Tengo la moral en mis botas, miro a mi alrededor y me cruzo con la mueca de resignación de Blanki. Por lo menos, otra mujer siente como yo.
ARANTZA
Empezamos a andar, saliendo del
bonito pueblo de Arantza (275 m), subiendo poco a poco. He metido mi pequeña cámara de
fotos en el bolsillo de mi Goretex debajo de mi capa y consigo sacar unas cuantas fotos a
pesar del agua, del frío, del viento.
Pasamos por el collado de Azkikolepa. Sigue lloviendo, no se ve nada, estamos en una espesa niebla hasta el collado de Buztitzlepoa (935 m), y su solitario menhir.
Collado de Buztitzlepoa
La mitad del grupo más o menos, decide subir al Mendaur (1131 m) de donde no verán nada. Por una vez, me siento "razonable" pero entiendo muy bien los que han subido. Andar, para mí, es como una meditación, y hoy andando, y ya llevamos más de dos horas, me pregunto a yo misma, qué me empuja a encontrarme en semejantes situaciones a pesar de mi pasión por la montaña! Estaré tan bien en casa, goxo-goxo, con un buen libro!
Embalse de Arrustaillegi-Mendaur
En la bajada, después del collado, paramos unos veinte minutos, en una borda para el hamaiketakoa. Al echarnos de nuevo la mochila al hombro, nos cuesta poner los guantes de lo mojados y fríos que están. Pero, es a partir de ese momento, siguiendo el camino de bajada que "descubro" porqué he venido! Es como una revelación... el bosque, a pesar de la fuerte pendiente, de la dificultad al andar por lo mojado que están las hojas, las rocas, los troncos, de las caídas afortunadamente sin consecuencia de muchos de nosotros... el bosque está precioso, tiene unos colores verdes y rojos que se declinan en todos los tonos... y esto a causa de la lluvia, de la humedad ambiente! Una gozada!!!
Nuestro amigo Pedro como una croqueta.. mejor guardar las distancias!
AURTITZ, barrio de ITUREN
Después de pasar por el alto del pueblo de Aurtitz, llegamos a cabo de seis horas a Zubieta, punto final de nuestra excursión. Lo más duro de ese día, será finalmente la limpieza del material al llegar a casa!
Llegada a ZUBIETA
en ZUBIETA
Travesía realizada el domingo 22 de marzo del 2015, con el KRESALA de DONOSTIA
Sin subir al Mendaur: 5 horas y media andando /
desnivel positivo: 795 m / desnivel negativo: 860 m
Haciendo cima: una hora más / 200 m de desnivel más
Buenas fotos, luminosas y con buen contraste a pesar del grisáceo mal tiempo y de tu cámara pequeña; pero la bondad del paisaje ayuda mucho, es de creer. La mía, compacta, pequeña y de bajo precio, se niega a rendir bien cuando el tiempo se hace algo triste.
ResponderEliminarGracias Robín por dejar tu comentario. Sí, mi cámara es pequeña pero muy buena, y la tengo siempre a mano por si acaso. Sacar fotos es una de mis pasiones desde muy joven, y este invierno, a pesar del mal tiempo, niebla, lluvia y nieve han creado ambientes mágicos.
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