Menhir y Cromlech Eteneta I
La montaña es para mí un espacio natural muy rico, que ofrece
muchas posibilidades de acercamiento y disfrute. Empezando por la motivación de
andar, que puede tener muchas variantes: dar un paseo, hacer cima, andar en
travesía de un punto a otro (con o sin cima de por medio), dar la vuelta a un
macizo... de mañanera, de día entero, de varios días, de trek.... Pero esa
circunstancia de caminar nos permite también acercarnos a sus ríos, su fauna,
su flora, sus pueblos, sus bordas, sus chabolas, su gente. Compartir en casa,
entre amigos, un queso de oveja comprado en una borda en la misma falda del
Txindoki es una vivencia muy placentera. Mantener un rato de conversación en
Hernialde con un baserritarra, al bajar del Herniozabal, nos enseña más que
cualquier libro.
En nuestros montes de Euskal Herria, además de vivir mucha
Historia, nos podemos acercar a la magia de su Prehistoria. Va a ser el
pretexto de mi escrito: dar la vuelta al monte Adarra empezando por su menhir
Eteneta I, siguiendo la línea de todos sus cromlechs y terminando en este poco
conocido pero increíble sitio que es Muliskogaina, descubierto en 1956 y
excavado desde 1983 a 1985 por Xabier Peñalver.
Antes de empezar la descripción del recorrido, me parece
importante recordar rápidamente el significado de ciertos términos que
empleamos a menudo sin saber exactamente a qué corresponden. Para esto me
ayudaré de la guía de Peñalver. Dólmenes, cistas y crómlechs son monumentos
megalíticos, haciendo referencia la palabra “megalito” a grandes piedras, y
“observamos que la mayor parte de ellos están directamente relacionados con el
mundo funerario”. El dólmen (del
bretón “dol”, mesa y “men”, piedra) es “un monumento megalítico de carácter
funerario constituido por una cámara claramente delimitada por piedras clavadas
–ortostatos- y cubierta por una o varias más en posición horizontal, en cuyo
interior se depositan los cadáveres”. En euskara, para el término dolmen
encontramos los términos trikuarri, jentilletxe, sorginetxe... Una cista
es “una estructura funeraria de tradición dolménica cuya forma es muy parecida
a la de un dolmen aunque de menor tamaño”. El crómlech pirenaico (del bretón “crom”, círculo y “lech”, lugar) es
“un monumento megalítico delimitado por piedras colocadas de diferentes formas,
según los casos, que marcan un espacio generalmente de forma circular de entre
3 y 7 metros de diámetro... En su interior se depositan, al menos en algunos de
ellos, los restos de cenizas y carbonos procedentes del proceso de la
incineración de un cadáver”. En euskara, para el término crómlech, encontramos
formas tales como mairubaratza,
jentilbaratza... El menhir (del
bretón “men”, piedra y “hir” larga) es “un monumento megalítico con función
desconocida consistente en una piedra de considerables dimensiones,
generalmente clavada verticalmente en el suelo”.
Pateo el monte Adarra (811 m) desde hace muchos años (ver mi
artículo en el Blog de las Mujeres de Pyrenaica) y no me canso nunca. No tengo
nunca la sensación de repetirme. Los caminos aunque siendo los mismos son
siempre diferentes, por la luz del día, por la estación del año, por el hecho
de andar sola o acompañada, por los encuentros, por el estado de ánimo
personal... Es un pequeño monte muy cerca de Donostia, situado entre los
pueblos de Urnieta y Andoain, donde cada primero de enero centenares de
montañeros festejan el año nuevo en su cima.
Cima del Adarra
Al fondo, Aiako Harriak
Empezaremos nuestra vuelta al Adarra en el restaurante-merendero Besabi en la barriada
dispersa Besadegi, a donde se llega desde el alto de
Irurain, en la C-131, entre Urnieta y Andoain (3,9 km por carretera). Cerca del
viejo caserío Besadegi, situado al lado del restaurante, se encuentra la cueva de Marizulo, descubierta por
Manuel Laborde en 1961, excavada por J.M. de Barandiarán de 1962 a 1966 y donde
se encontraron restos prehistóricos. Desde el aparcamiento situado delante del
mismo restaurante (300 m) se inicia el ascenso por un camino asfaltado, hasta
el caserío-agroturismo Montefrío. En
este punto, una señal nos indica la dirección Adarramendi. Pasamos la langa de
madera y nos basta seguir el sendero muy pisado. Después de dejar a nuestra
derecha los manzanos del caserío, nos adentramos en un bosque de pinos y hayas
que nos lleva hasta la regata del Mantale (500 m). Cruzamos el río para seguir
el camino de la derecha, que sube un poco abrupto entre imponentes hayas hasta
el rellano de Belabieta (30 min). En esta explanada podemos apreciar la
pendiente de subida directa al monte Adarra. Pero como nuestro objetivo es dar
la vuelta, optaremos por la senda que bordea el monte por la derecha, en dirección
oeste. Esta senda es muy húmeda, a causa de todos los arroyos que bajan del
Adarra, pero es a la vez preciosa. Al principio se pueden admirar unos grandes
acebos que nos hacen recordar que era una planta en peligro de desaparición
hace unos 25 años. Podemos también observar numerosas rocas de puddings a lo
largo de todo el camino, que asciende poco a poco para llegar al vasto collado
de Eteneta (698 m). En este collado, encontramos el imponente menhir de 2,50 m de altura que se alza
en medio del cromlech Eteneta I. Al
seguir un poco el camino como para subir al Oindo, a nuestra izquierda, podemos
ver el cromlech Eteneta II.
A partir de este último punto, tenemos que retornar en dirección
norte, a fin de seguir el cordal hacia la derecha de la cima del Adarra. El
camino asciende y nos lleva al próximo cromlech, el de Tximistako hegia. Aquí tenemos unas vistas preciosas. Hacia el sur,
se ve el menhir de Eteneta, el Oindo y a lo lejos la cadena del Aralar con el
Txindoki. Desde la cima del Oindo (781 m), podemos distinguir claramente en
dirección este, el cresterío que nos llevaría al Mandoegi y al Urepel. Hacia el
este podemos admirar los montes de Navarra y, con tiempo muy claro, las
primeras cimas del Pirineo. Hacia el norte, vemos el monte Aballarri (635 m) y
el Oindi (545 m), donde terminaremos este recorrido y a lo lejos, la costa
desde Donostia hasta Hendaia. En este punto se puede subir a la cima del Adarra (811 m), muy cercana, antes de
continuar el camino.
Por nuestra parte, siguiendo con nuestro objetivo, se inicia ahora
el descenso en dirección al monte Aballarri, llegando primero al cromlech Tximista, seguido del cromlech Elurzulo. Este cromlech toma
su nombre de un verdadero elurzulo o
nevero (sima donde se almacenaba la nieve) que se encuentra al bajar, a unos
200 m en línea recta. Está cada día más escondido entre la vegetación y se está
deteriorando muy rápidamente. ¡Es una pena!. Hemos llegado ya al collado de
Mantale (579 m), situado bajo el monte Aballarri
(635 m). Antes de seguir el camino, se puede ascender a este muy bonito monte.
Para ello hay que buscar una especie de corredor entre las rocas, a la derecha
del monte, por donde hay que trepar con un poco de cuidado. Siguiendo nuestra
ruta, andaremos por la izquierda del Aballarri hasta llegar a la celebre Santsonarri
o Piedra de Sansón. Desde aquí, nos basta seguir el sendero que bordea el pinar
por su derecha hasta el collado de Arlegor (538 m) donde encontraremos el cromlech Arlegorko zabala. De nuevo
aquí, tenemos un panorama espléndido sobre todo el norte del macizo y podemos
anticipar el fin de nuestra ruta hasta Oindi y Muliskogaina. A la izquierda del
cromlech, encontraremos el sendero que desciende por la hierba, bastante
resbaladizo con tiempo húmedo. Se puede bajar casi en vertical hasta la pista, que
lleva por la izquierda a Montefrío y Besabi.
Monte Oindi
Muliskogaina
Para terminar nuestra excursión
tenemos que cruzar esta pista y, en dirección norte, dirigirnos hasta la base
del monte Oindi, donde encontramos el dolmen
de Pozontarriko lepoa, en el collado (392 m) del mismo nombre. Nos quedan
ahora dos posibilidades para llegar a Muliskogaina. La primera es subir al monte
Onyi (545 m), directamente desde el
collado; en su cima encontramos la cista
del Oindi. La bajada a Muliskogaina se hace desde un sendero muy estrecho y
con mucha pendiente que encontraremos en el otro lado de la cima, después de
pasar una langa, a la derecha. La segunda posibilidad, sin subir al Oindi, es
tomar el sendero muy ancho que sale desde el collado de Pozontarri. Llegaremos en
unos quince minutos al yacimiento de Muliskogaina,
compuesto por cuatro cromlech, un menhir y una cista doble, ¡un lugar realmente
mágico!. Nos queda ahora volver hasta nuestro punto de partida. En lugar de
hacerlo por la pista que nos lleva primero a Montefrío, se puede hacer también
por otra pista más abajo, que nos llevará directamente por un camino muy bonito
al caserío Besabidegi.
Caserío restaurante Besabi
Algunos se preguntarán en cuánto tiempo se puede hacer esta
vuelta. Para mí siempre es muy difícil contestar a esta pregunta. Depende de
tantos factores que todos conocemos. Pero diría que hay que contar por lo menos
unas cuatro horas. Se puede también, al terminar, comer un buen menú en Besabi,
sitio siempre muy animado.
DATOS DE INTERÉS
Datos GPS:
Eteneta 43°12'0.936"N 1°57'49.608"W
Eteneta
II 43°11'55.2114"N 1°57'54.1434"W
Tximistako
hegia 43°12'22.8234"N 1°57' 35.82"W
Tximista 43°12'30.06"N 1°57'40.932"W
Elurzulo 43°12'42.0114"N 1°57'31.896"W
Ponzontarriko
lepoa 43°13'39.6474"N 1°57'31.4994"W
Oindi
Cista 43°13'23.628"N 1°57'4.464"W
Muliskogaina 43°13'40.407"N 1°56'46.5534"W
Mapa:
Adarra–Mandoegi–Leitzaran.
1:25000. Imanol Goikoetxea.
Aranzadi Zientzia Elkartea
Bibliografía
-ARANTZADI
ZIENTZIA ELKARTEA. Historiaurrearen
abentura Gipuzkoan. La aventura de la Prehistoria en Gipuzkoa. 2011
-PEÑALVER X. Dólmenes, Crómlech y Menhires. Guía básica
del megalitismo en Euskal Herria. Ed Txertoa. 2011
-http://www.leitzaran.net/varios/elurzulos.html